El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca parece algo más que la repetición de su primera gestión. Además de ejecutar una venganza ideológica, el magnate neoyorquino está usando el poder presidencial de una manera que muchos consideran peligrosa para la propia democracia. Junto con ello, se están fortaleciendo diversas corrientes reaccionarias –y figuras que hasta hace poco eran excéntricos radicales en los márgenes de la política– que propician una obsesiva batalla «anti-woke». A estos reaccionarios made in America se dedica el Tema Central de este número.